martes, 8 de septiembre de 2015

Los inesperado recuerdos aguados

Espero tener internet pronto y no depender del vecino.
Ayer salí por la mañana a por el pan y sabía que el tiempo estaba raro por la tromba de agua de anoche pero no que estaba chispeando.
Pues aunque parezca mentira me ha hecho volver un año atrás cuando vivía en Portsmouth.
Todo el mundo iba con paraguas y caminando por debajo de los balcones cuando en realidad caían 4 mihitas, en fin...A lo que voy, es que el minuto y medio que he tardado en comprar el pan ha sido mas que suficiente para recordarme buenos momentos de mi paso por Inglaterra. También ese olor a lluvia recién caída, siendo las primeras gotas que se componen por tierra. Pues sí, me ha gustado y no he dado ni 3 pasos cuando me afirme que una de las esencias de ese país es la lluvia.

Dejando a un lado la gran importancia de la lluvia, me he dado cuenta que el caminar bajo la lluvia (leve, porque si estas en Grazalema y te pilla un tormentazo te cagas en el numero pi y en los primos) es un auténtico placer. No me refiero al tópico de Singing in the rain, me refiero a uno de los contactos más físicos que puedes tener con la naturaleza. Yo soy como los reptiles, necesito sol a todas horas, pero también opino que los días grises son maravillosos. Pues nada, el diminuto paseo me ha sentado de gloria haciéndome recordar el sabor de un buen té, un pie casero e incluso una buena hamburguesa. Y la moraleja de este minuto es que la naturaleza esta al quite de regalarnos detalles que nos hacen revivir buenos momentos como dije en mi anterior post,  que vamos tan rápido a todo los sitios que no nos paramos a degustar las cosas y esto se trata de disfrutar...

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